domingo, 6 de julio de 2014

Crónica del Gran Trail de Peñalara 2014. 110km - 5.100m D+

Salomon XT Wings3 con 202km
Viernes 27 de junio de 2014

GTP14. Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama

Nos estrenamos en el Gran Trail de Peñalara en su quinta edición, otra de las grandes ultras de montaña. Será la tercera ultra, segunda de montaña, así que habrá mucha aventura y mucho por aprender.

La semana iba a estar marcada por el evento del viernes, que conforme se acercaba iba condicionando los entrenos, alimentación… haciendo los últimos preparativos, etc… las expectativas eran moderadas por cierta falta de intensidad en los entrenos por culpa de la lesión del piramidal que ya se arrastra desde antes del Mapoma y que nos obligó a ser cautos en los entrenos, combinar la carrera con alguna actividad aeróbica alternativa y alguna visita adicional al fisio.

Y por fin llegó el día. Tocaba volver a probarse en otra prueba dura, dura. Saborear la experiencia de una nueva aventura. Viernes por la tarde, subida hasta Navacerrada con Rogelio sobre las 21h pensando que íbamos bien de tiempo, aunque el pueblo ya estaba petado de coches de corredores. La llamada de Alvarito, un crack, con sus palabras de ánimo y para echarnos unas risas. Lo primero, pasar por el polideportivo a dejar la bolsa para Rascafría. Rápido y sin problema. Acabar de equiparse. Un café de última hora y a la zona de salida en la centro del pueblo.

En todo Navacerrada se respira un ambiente fenomenal, expectación, ánimo, euforia; saludos a Felipe (director de la prueba) que se curra esta carrera desde el otro lado, (aprovechamos para felicitarle a él y su equipazo por la buena organización); una foto con Carlos Soria (ejemplo de constancia, determinación, y también, prudencia y responsabilidad). Últimos instantes antes del inicio para hacer las llamadas de rigor a la familia y compartir las emociones del instante, ánimos entre colegas (Rogelio, Jaime, Manu,…) y el momento mágico de la salida.

alegrías en los previos en zona de salida

Noche estrellada, temperatura perfecta y allá vamos, 22h30, una horda de más de 500 corre-montes equipados hasta los dientes con las mejores galas, en pos del objetivo compartido: regresar en el menor tiempo y lo más enteros posible. El premio: la experiencia de cada trote, cada paso, gota de sudor, tentaciones de abandono vencidas,… los paisajes, la intensidad, sensaciones de superación, …

Salida hacia la Barranca (vieja conocida de entrenos y carreras), buena pista para correr con una pendiente mantenida. Queda toda la carrera por delante y ponemos un ritmo relativamente cómodo, pero no lento. Llegada al Collado del Piornal y giramos hacia la derecha para alcanzar el primer pico, el Alto de la Maliciosa, en 1h26.

Enfilamos la bajada a Canto Cochino y nos dejamos llevar, pero sin relajarnos, con la prudencia necesaria, pero no suficiente, porque después de algún tropezón, patadas a piedras, la rodilla izquierda le mete un viaje a un pedrote que andaba despistado por el suelo. ¡Toma! Arañazo y más atento; es un buen terreno para avanzar posiciones y algunos corredores lo saben aprovechar bien. Primer avituallamiento, km18, y salida hacia el collado de la Pedriza. Todo según lo previsto. Velocidad de crucero estable y corriendo casi todo el rato. Volvemos a bajar hacia la Hoya de San Blas, luego un cami-corre por las pistas que nos llevarán hacia el Alto de la Morcuera; con el último tramo antes del alto bastante duro y que obliga a mucho cami y menos corre.

En el lío
Las 5h30 de la madrugada, 38 kms con buen desnivel acumulado, todo sigue funcionando bien, el cansancio ya forma parte constante del paisaje y cierta sensación de logro nos acompaña. La bajada hacia Rascafría será un tramo especial de largo y suave descenso desde el que veremos amanecer, un momento mágico de las carreras de montaña. Un zorro que cruza veloz la pista, un instante en la retina.

Rascafría en el horizonte, cruzamos el Puente del Perdón, hotel de El Paular, vereda del Lozoya y hasta el polideportivo donde nos espera un avituallamiento, la mochila que dejamos en Navacerrada la noche anterior y, más importante, el punto medio de la carrera -aunque algunos dicen que la carrera empieza aquí y, bueno, otros dicen que empieza en la Granja -km 80- o sea, que todavía no habríamos llegado a la salida; en fin, cada uno dice lo que quiere.

Llegamos a Rascafría sin parar de correr en bastantes kilómetros con el punto de mira puesto en el avituallamiento para un descanso extra y reponernos bien. Resulta que es un avituallamiento bastante fondón; muy parecido a los anteriores, algo mayor, con hierba para sentarse y recuperar un poco el resuello. Pero comparado con las expectativas que teníamos… fondón.

Sin alargar la parada, salimos hacia El Puerto del Reventón. Comentando con un amigo que conoce bien la zona, José Luis, -no sé si será muy duro, ¿por qué crees que se llama así? El nombre no es casual-, me había prevenido y una vez más se demuestra la importancia que tiene la diferencia entre expectativas y realidad. Como lo esperaba tan duro no se me hizo incómodo, pero creo que lo subí casi entero caminando.

Peñalara desde la subida al Reventón
Y es en el ascenso al Reventón, donde los GTPeros formábamos una fila más o menos distribuida a lo largo de las pistas que negocian su pendiente, que pasa una especie de misil auto-dirigido, ritmo alto y constante, forma eficiente, todo concentración, espectacular; se le pierde de vista en la primera curva para no volver a verlo hasta que repasamos las fotos de los ganadores. Raúl García Castán. Es cierto que los del TP60 acababan de empezar y los GTPeros llevábamos en las piernas más de 50 kms, pero tampoco comparaba con el resto de TP60eros que nos pasaron. Nunca mejor dicho ese calificativo que nos regalamos los colegas corredores: “un máquina”.

Puerto del Reventón alcanzado, avituallamiento, silla y móvil para hacer un par de llamadas y mensajes. A lo lejos se divisa el techo de la carrera -Peñalara (2.428m)-  y cumbre más alta de la Sierra del Guadarrama. Es una cumbre cuya ascensión no presenta ninguna dificultad, pero entre las diferentes rutas de acceso nos toca hacer la más dura, la que transita el Risco de los Claveles y el Collado de los Neveros. Toca trepar entre los grandes bloques de granito que coronan estas montañas.

Enfilamos el Risco de los Claveles
Alcanzamos Peñalara antes del mediodía, mirada fugaz al horizonte, vistas impresionantes, y empezamos el descenso. Hace rato que las sensaciones físicas distan de ser óptimas por molestias en los dedos de los pies que con este largo tramo de bajada hasta la Granja se van a convertir en un martirio y que nos impiden trotar por las zonas más técnicas. Sol, viento y distancia agotan las reservas de líquido y ese puesto en el Raso del Pino nos parece 5 estrellas aunque solo dispone de agua.

La entrada a la Granja supone una buena inyección de motivación. Aplausos y voces de ánimo, comida y bebida en cantidad y variedad, incluyendo el famoso plato de pasta que sabe a gloria, y, sobre todo, ya estás convencido de que muy mal se tendría que dar para no llegar a meta y ser finisher. También ayuda mucho saber que has alcanzado el “último punto de salida”. Me explico: diferentes corredores, según querer y su saber, toman diferentes puntos de referencia como “inicio” del GTP. Navacerrada, que es el oficial, Rascafría, Peñalara,… pero no conozco a nadie que lo fije más allá de la Granja, por tanto, a partir de este punto todos hemos empezado la carrera y eso reconforta mucho porque ya se sabe que el mal de muchos…

El tramo hasta la Casa de la Pesca es de los más bonitos-fastidio del recorrido. Se va por una pista que llanea pegada al río Eresma protegida del sol por unas frondosas arboledas. Fantástico para correr y hacer algo de tiempo, pero no podemos más que caminar ligero; los dedos de los pies gritan a cada paso, las plantas hablan de ampollas bajo el calcetín. Ahí nos hacemos una buena grupeta de 3 y luego de 2 que lo hacen más ameno y llevadero.

De la Casa de la Pesca a la Fuenfría hay que salvar el último desnivel positivo y se hace… insufrible. Resultó ser el tramo más duro de la carrera. Trazado en línea recta con pendiente increíble y suelo de piedras sueltas. Estilo cortafuegos. Lo peor con diferencia.

Desde la fuente tomamos el célebre Camino Smith que con algún trote esporádico nos conduce al Puerto de Navacerrada desde donde empezaremos a bajar, no sin hacer antes un último tramo de subida que da acceso al camino de la tubería y que nos acercará hasta la Barranca. Ya me estarían esperando en la meta de Navacerrada y había que llegar lo antes posible y no se podía menos que entrar corriendo. La negociación fue larga y dura, pero había acuerdo: desde el Puerto de Navacerrada hasta alcanzar la pista de la Barranca caminando se suba o se baje y a partir de allí corriendo aunque sea a paso de tortuga. Dicho y hecho.

Entrada en el pueblo de Navacerrada acompañada de grandes dosis de ánimos y aplausos; espectacular, visión de la entrada de meta,… y la familia esperando, alegría desbordante. Javier que se arranca para correr juntos los últimos metros hasta la meta cogidos de la mano (primera vez que tira de mí y recuerdos de tantas carreras que yo tiraba de él y de Lucía cuando eran más pequeños, ¡ufff !!). La mare, Elena,… la satisfacción por lo conseguido. Alegría. Una más. Larga, dura, buena, … 21h59m. Balance final muy positivo. Ahora recuperar bien y sacar los aprendizajes para la próxima


La meta de Navacerrada y su alegría

Los voluntarios siempre te alegran con sus ánimos, interés y predisposición para ayudar. Lo mejor de estos eventos está siempre asociado a su inestimable labor. Chapeau!

Finisher GTP14


Clasificación GTP14




6 comentarios:

  1. Enhorabuena¡¡ gran carrera y experiencia

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    1. gracias Kike y enhorabuena tú tb por esa rebaja de 30 min. ánimo y nos vemos en la madrid segovia

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  2. Muchísimas felicidades Javi, eres grande!!

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    1. gracias Tomás. tú tb un crack!! compartiendo nuevos horizontes y nuevos retos. abrazo amigo

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  3. Otra aventura más. Las fotos con la familia emocionan, guárdalas bien. Un abrazo.

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    1. gracias Patricio, esa fotos hay que saborearlas bien.
      y tenemos pendientes unas cuantas quedadas.
      abrazo amigo!

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