domingo, 8 de febrero de 2015

Crónica del II Maratón Vías Verdes de Arganda



El tren de Arganda que pita más que anda
Domingo, 1 de febrero de 2015
Maratón Vías Verdes de Arganda

Primera referencia de esta carrera a finales del año pasado. La combinación de “vía verde” y “maratón” sonaba muy atractiva. Había que investigar de qué iba el tema. Y, efectivamente, el primer domingo de febrero se organizaba la 2ª edición de la MVV de Arganda; maratón en línea desde Carabaña, pasando por Perales y Morata para llegar hasta Arganda por la vía verde que discurre paralela al río Tajuña. Sobre el papel pintaba muy bien y encajaba en el calendario. Inscrito!

Resulta que esta carrera, que son 3 con diferentes distancias y que transcurren simultáneamente, forma parte de un circuito de 5 “Maratones Vías Verdes” distribuidas por diferentes ciudades y que transcurren a lo largo del año. MVV de Arganda

La Vía Verde del Tajuña se ha construido sobre el antiguo trazado que seguía “el tren de Arganda, que pita más que anda” según el dicho. Esta línea, que aprovechaba el trazado de un tren minero que unía Madrid y una cantera en Vallecas de 1881, es inaugurada en 1901 y se construyó con la intención de unir Madrid con tierras aragonesas para el transporte de productos agrícolas, aunque se quedó a medio camino. En su máxima extensión llegó a unir la estación del Niño Jesús, en Madrid junto al Retiro, con la localidad de Alocén en la Alcarria. Ferrocarril del Tajuña

El desarrollo del transporte por carretera mucho más rápido y eficiente, junto con el deterioro de vías y trenes, convirtieron el tren de Arganda en un medio obsoleto. En 1953 se abandonó definitivamente el transporte de viajeros, manteniéndose durante algunos años el tráfico de mercancías, que poco a poco también fue disminuyendo. Permaneció operativo hasta 1998 un tramo de 28 km que unía la cementera de Vicálvaro con las canteras de El Alto, en las proximidades de Morata de Tajuña.

Finalmente, las vías se desmantelan y en la primavera de 1999 se inaugura el primer tramo de la nueva Vía Verde del Tajuña, paradójicamente asfaltada de color rojo, y que actualmente discurre a lo largo de 50 km partiendo de Arganda del Rey por el valle del río Tajuña.

Dorsaleo
En general, cuando hay carrera hay madrugón, pero fuera de la ciudad hay que madrugar un poco más y si es una carrera en línea toca añadir otro tanto por la logística. Total, madrugón de 5:00 am. Acabar de preparar los bártulos previamente decididos, desayuno ligero y salida hacia Arganda. Frío y viento por las calles de un Madrid desierto.

Poco tráfico y aparcamiento frente al estadio de atletismo de Arganda que a la postre hará de punto final al trote desde Carabaña. Todavía es de noche, más frío y más viento, pocas ganas de correr, momento de flojera que compartido es más flojera, porque en ese momento tienes ganas de todo menos de ponerte de corto y empezar a correr. Pero sí que nos da tema común de conversación con Manu y Tomás.

Sobre las 7:30h subimos en un par de autobuses que nos trasladan hasta Carabaña. Llegamos pasadas las 8h y no hay muchas ganas de bajar. Falta bastante tiempo. Perezosamente nos vamos deshaciendo de la ropa de abrigo, colocando dorsales, atando zapatillas,... calculando estar fuera parado lo menos posible. Ya, no hay más remedio, toca ponerse en marcha hacia la salida. Pasamos pocos minutos esperando que se hagan las 9:00h, fotos, ánimos, buenos deseos, bromas sobre la temperatura tropical,… lo normal del caso.


Salida de Carabaña
...3, 2, 1, ya. Salimos desde la Plaza de España por la calle Real, en bajada, y después de un par de “bucles” iniciales para ajustar los 42.195 metros enfilamos por la vía verde. Primeros kilómetros y sigo con Manu aunque me cuesta bastante aguantar su ritmo. Debemos ir entre los 10 primeros. Resisto la tentación de dejarme caer, pero cada vez se distancia más, 10, 20, 30 metros,… me van pasando algunos corredores a los que tampoco soy capaz de engancharme. La cabeza, que va a lo que le da la gana, maldice el viento que se convirtió en el único invitado indeseable de la mañana. Siguen cayendo los kilómetros. Extrañeza por el desfase entre lo que dice el gps y lo que está marcado por la organización, da la impresión que nos regalan uno, es decir, cuando ponen que faltan 35, el reloj dice que llevamos 6 km. No cuadra. Algo está mal y fastidia, pero da para distraerse un rato en carrera. Sin darnos cuenta caen un par de avituallamientos, están instalados cada 5km, y desde entonces vendrán Perales, Morata, 20 kilómetros en solitario solo alterados por algún corredor a buen ritmo que me adelantaba fácilmente. La subida hasta la cementera se hace dura por los kms acumulados, la pendiente, el viento y esa soledad que genera un desgaste mental adicional.



Llegando a Arganda
Llegando al alto escucho pisadas acercándose por detrás y aunque preveo que me adelante con facilidad me alegra porque rompe la pesada monotonía. Pero no, se mantiene a cierta distancia. Creo que inconscientemente aflojo el ritmo para que me alcance. Y así sucede. Giro la cabeza, es Emilio Comunero al que conocí en mi primera Madrid-Segovia en 2013 y, desde entonces, no le había vuelto a ver. Un rato delante, un rato detrás y otro en paralelo vamos compartiendo algunos kilómetros que, a pesar de que el perfil dice que son de bajada, en la práctica se hacen bastante largos…. Y tan largos!!!  Están mal medidos, estamos recuperando el kilómetro que nos habían regalado al principio. En este tramo final de la carrera adelantamos algún corredor y con un ritmo cansino, pero constante nos metemos en Arganda, unos toboganes, la pista de atletismo,… y objetivo conseguido. Otro a la saca. Van 6 de 6.

Meta en un tiempo de 3h14m15s (15 en la general, 8 en mi categoría) que es mi segunda mejor marca. Muy contento. Buen recibimiento, magnífico avituallamiento en meta y una útil sudadera como prenda finisher. Un rato para comentar la jugada con Manu y Emilio y coincidencia en lo molesto del viento y lo bien organizada la carrera. 


Meta MVV

Maratón Verde o Maratón Rojo

Clasificación


La única salvedad a una muy buena organización fue el marcaje de los puntos kilométricos. Lo primero es que se marcan en negativo, es decir, en lugar de los que llevas marcan los que te quedan… no es nada habitual; no lo había visto nunca, pero muy práctico con varias carreras simultáneas compartiendo meta y parte del recorrido; por otra parte, está en línea con algo que normalmente se hace mentalmente superado el punto medio de una carrera, especialmente en la parte final, donde no cuentas los kms recorridos, si no los que faltan para llegar a meta. Lo malo es que la medición era incorrecta, regala 1km casi desde el principio y la cabeza anda rumiando sin parar con explicaciones, consecuencias, posibilidades,… para luego quitarlo alargando los kms finales.

La celebración de las 3 carreras simultáneas (21, 30 y 42km) está bien pensada y organizada.  Salida a la misma hora desde puntos diferentes. Sin aglomeraciones innecesarias, ni corredores con distancias diferentes coincidiendo en carrera. Sería muy deseable que otros organizadores viesen las posibilidades de incorporarlo en sus carreras, por ejemplo, en el Mapoma donde salimos juntos los de 10, 21 y 42km.

Merece especial mención el despliegue de policías locales, protección civil y guardia civil a lo largo de todo el trazado atendiendo y cuidando de la carrera y de los corredores. En lo que vi, es un 10. Y, una vez más, no por ser habitual es menos destacable la labor de voluntarios que regalan sus esfuerzos. Otro 10.

Mapa y Perfil

Sobre el perfil, prácticamente no hay desnivel neto. Tanto Carabaña como Arganda del Rey están a 618 msnm. En general, no es tan malo como parece en el gráfico, pero tiene unos toboganes pequeños que rompen el ritmo y no dejan aprovechar la bajada inicial. La subida tampoco es tan dura como aparenta y está trazada en suaves curvas que salvan el desnivel de la forma más cómoda posible (para un tren, claro). Dicho eso, difícil hacer una mmp en la MMV de Arganda.






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