Domingo, 24 de mayo de 2015
XXV Cross de los Tres Refugios
Campeonato de Madrid de Carreras por Montaña
Primera prueba de la Copa de Hierro
La mañana empieza bien. Madrugar y subir hacia el puerto de
Navacerrada, albergue de la RSEA Peñalara, recoger dorsal, amigos, fotos,
alegrías, abrazos y saludos. Magnífico ritual que se intensifica en las carreras cerca
de casa. El mejor aperitivo posible de una carrera.
Con la ilusión de superar un reto que el año pasado nos dejó
bien fundido, entonces con la excusa de la lesión del piramidal, nos colocamos
en la salida con intención de mejorar tiempos.
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Con el gran Juanlu |
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Con mi amigo Basalo |
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Con Rogelio |
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Con Manu |
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Con Celina |
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Buen ánimo antes de salir |
Salimos a darlo casi todo desde el inicio. Se arranca hacia arriba y sin contemplaciones para que el cuerpo sepa de qué va la historia desde el instante uno. Este año
la subida hasta la Bola va por el lado izquierdo de la valla que marca la pista
de esquí. Vertical, como siempre, y recta, como nunca. Buen ritmo y regulando
pulsaciones. Aprovechando la pista de cemento en el trozo final para
estabilizar y relajar la concentración unos instantes antes de empezar la
bajada hasta el Collado del Piornal para luego hacernos con el Alto de la Maliciosa. A
partir de aquí, ya estás en tu zona, el cuerpo sabe de qué va la historia y
todavía tienes las fuerzas intactas.
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En la mano... ¿qué? |
Empieza la zona que más me gusta de la carrera, una bajada,
muy técnica al principio, que nos conduce volando hasta Canto Cochino en la
Pedriza. Más de 8 kilómetros, difíciles y preciosos todo en uno. Tiempo para
disfrutar del entorno y la bajada que te empuja, concentrarte para elegir el
siguiente punto de apoyo cuando todavía no has hecho el anterior. No hay margen
al error o tienes que frenar en seco o, a lo peor, te caes. Instantes para los
derrapes controlados, lo más divertido (me vuelvo a cargar unas zapas en esta
carrera, dep, y van dos de dos). Tiempo también para recordar, la última vez
que hice este camino, con Jaime y Rogelio, en un entreno previo a Bandoleros con
el paisaje nevado… o la anterior ocasión, de noche, durante el GTP. Un tramo de
mucha alegría, mucho ritmo,… disfrute en estado puro, momentos fugaces que
explican sobre la pasión que sentimos corriendo por las montañas.
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Salomon XA Pro3D Ultra2. DEP |
Un par de avituallamientos en la bajada y, casi sin parar, un
poco de agua y seguimos. Control de Canto Cochino, cruzamos el puente sobre el
Manzanares. Empieza la subida, toca acomodar el ritmo a la pendiente, el cuerpo
se resiste, prefiere seguir de socio de la gravedad, pero es lo que hay. Te
cruzas con un par de amigos, Jesús y Homero, entrenando por la Pedriza, te
animan, te piropean lo bien que vas, tu cabeza que discrepa (¡en la bajada sí
que iba bien!), abrazo y a seguir subiendo.
A partir de aquí se acabaron las bromas; hasta la Charca
Verde sufriendo y avanzando. El calor, el cansancio y el terreno ya no permiten
muchas alegrías. Y sabes que cada vez será peor hasta llegar a la Bola de
nuevo.
Seguimos avanzando sin parar. Subida a un risco al lado del
camino te encuentras con Rita Coco Pels que anima como solo ella sabe. Que
gusto verla y recibir su abrazo!!!
Desde aquí todas las buenas sensaciones han desaparecido y
se han convertido en las malas sensaciones; el yin y el yang; nada es gratis y
todo lo que nos llevamos bajando lo pagamos subiendo. Sensación de hambre y
sed. Un gel, agua, un par de dátiles (que buenos!! que buena idea tuviste!!) que no consiguen
acallar la desazón. Avance torpe y lento pensando solo en llegar al Puente de
los Manchegos… por el avituallamiento. Ya no voy solo, me acompaña una
pajarraca bestial que no me dejará hasta casi la llegada a meta (tercera vez
que coincidimos en una carrera, grrrr!!!).
A partir de ahí, el avance es lento, lento, lento, la subida
del Ventisquero de la Condesa que es de lo más duro que te puedes encontrar por
la Sierra de Guadarrama y si le añades el estado del cuerpo, se convirtió en un
suplicio. Velocidad inexistente, pulsaciones altas, corazón a tope,… sufrir,
aguantar y seguir.
Hay que alcanzar la Bola como sea. Luego ya vemos. Sí, vemos
al amigo Basalo que llega y no podemos seguirle. Bajamos con la pájara y los
dolores. Tres es multitud. Adiós pájara. Se quedan los dolores en la rodilla
izquierda. Seguimos bajando. Aparece Mapi con su cámara, su sonrisa, sus
palabras cariñosas y te saca una foto de “estoy estupendo”.
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Mérito de Mapi |
Seguimos bajando y
cuando pisamos asfalto para hacer el último trozo y parece que corremos otra
vez… se acerca Marisa por detrás y… se lleva todos los ánimos de la gente que
está por ahí… aceleramos un poco, giro, unos metros hasta la meta, levantas la
vista para tu fotógrafo favorito –error- y… al suelo. Pepi hace ademán de echar
a correr para ver que te ha pasado, pero tardas menos en levantarte que en
caerte. Hay pruebas. Fotos perfectas de la caída, el movimiento de Pepi y la
incorporación inmediata.
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Otra forma de entrar en meta |
Al final, mejorar tiempo casi 10 minutos y 2 puestos, pero con
la sensación de que el Cross de los 3 Refugios ha vencido por segunda ocasión (como
ninguna otra carrera). Volveremos #NR
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Objetivo conseguido |
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Vuelven las risas |
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y la alegría |
PD: subida a la Maliciosa y Ventisquero de la Condesa. Como
mola que te animen con los cencerros a lo Zegama!!! Y que buen rollo que te
griten que corras que para eso has pagado!!! Así que a correr… a tope!!!
PD2: lo mejor de la carrera vuelven a ser los momentos con los
amigos y la gente a la que quieres. No hay más.
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Montse, Pepi y Mapi |
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Pepi, Mapi y Montse |
PD3: esta carrera tiene historia y aquí hay un poco: